jueves, 30 de mayo de 2013

Las lluvias de Castamere




Dice la Leona que ponga esta entrada porque se lo ha pedido su hijo y yo soy un mandado.

Viene a cuento por el interfecto de la entrada anterior, uno que se las da de león apolillado. Aunque a la jefa no le guste la Casa Lannister y prefiera a los lobos huargo de la Casa Stark, conviene con su retoño en que hay que poner las cosas en su sitio y en Castamere los Lannister fueron rotundos ante la traición.


Años atrás, cuando el Lord de Roca Casterly aún era Tytos Lannister, padre de Tywin, las casas Reyne y Tarbeck, que le debían fidelidad, se rebelaron contra su escasa autoridad. Se dice que Tytos era un león manso, flojo y poco autoritario, y por ello algunos de sus súbditos más aguerridos, liderados por los Reyne de Castamere, se levantaron en armas contra él pensando que saldrían impunes de su traición. Efectivamente, Tytos se mostró débil ante ellos… pero su hijo y heredero no: Tywin Lannister lideró a las tropas Lannister contra Castamere.
Al llegar al asentamiento de los Reyne, el Lord rebelde se mofó de la juventud de Tywin y le preguntó que quién se creía él para reclamarle que hincase la rodilla. La respuesta no se hizo esperar: por haber humillado a su padre y a su apellido, Tywin aplastó la rebelión, quemó Castamere hasta los cimientos e hizo ejecutar a todos los Reyne y Tarbeck: hombres, mujeres, ancianos y niños. Las casas Reyne y Tarbeck desaparecieron ese mismo día y para siempre.
Ese fue el primer golpe de autoridad de Tywin Lannister y el inicio de su leyenda. Los bardos compusieron una canción en honor a su victoria: Las lluvias de Castamere.

Leona detesta a Twin Lannister y a su hija Cersei, pero los hechos están ahí para recordar a los traidores y el joven león -como su madre, ambos con distinto pelaje respecto a los Lannister-, quiere dedicar 'Las lluvias de Castamere' al gato apolillado del Mediterráneo.

Va apañado el gatito si se empeña en maullar.


8 comentarios:

  1. Gracias, Bugs.

    Espero que el león apolillado y con ladillas entienda que sus denuncias son inútiles, porque en internet no se pierde nada por mucho borrado que se haga.

    No me he molestado en denunciarle a él porque sé más y sé que todo permanece en la red aunque no esté a la vista. Sólo es necesario saber encontrarlo y semejante denuncia del gato mediterráneo no hace sino engrandecerme, mientras que a él lo deja en pañales. Por tergiversador, calumniador y difamador.

    Entre este y la vasca (Yolanda Morín), van bien servidos, con la ayuda del del turbante, ese que parecía amigo y resultó un traidor. ¿Cómo se llama su nick?... Voy a buscarlo porque ni me acuerdo de semejante especímen baboso.

    ¡Ya!, Dazibao -Ñ-. Me ha costado unos minutos encontrarle, pero mis rastreos son buenos, lo encuentro todo aunque no sepa o no recuerde el nombre de la chinche interfecta. Cosas de usar otras palabras.

    'Las lluvias de Castamere' son un buen aviso para traidores. Para que sepan cómo acabarán.

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    1. De nada, ¡oh maravillosa perla oriental! Señora de los siete mares y limpiadora de los apestosos gallineros y corrales.
      Tu húmilde servidor abate las orejas a tu paso de reina, caminando tanto en tierra como sobre las aguas.

      No jodas, jefa, ¿quiénes son esos dos? Me suenan. Y tanto, que te voy a pedir un plus de peligrosidad, o te monto un scracher delante de la biblioteca.

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    2. Te calles, conejo impertinente, y no me hagas la pelota porque te capo sin contemplaciones.

      Total, ¿qué te pueden hacer los mafiosos? Grititear como nenazas para que te borren, pero sabes que volverás una vez y otra.

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  2. Buenos días, señor Conejo y señora Leona. Como siempre, no me entero de nada. Aquí no hay sonido, lo han debido cortar los del colegio, ni siquiera lo puedo oír bajito, pero es que tampoco se ven imágenes, solo aparece un rótulo y luego lo que debe ser la letra de la canción: "Así habló el señor de Castamere", etc. A lo mejor con otra indicación que me de termino enterándome, je, je!
    lo siento.

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    1. ¡Taaardeee! He llegado tarde, como el conejo blanco de Alicia, ese gordinflas. La leona me va a cortar las orejas. Bueno, eso será si me atrapa, ¡juas, juas, juas!

      Muy buenas tardes, señor contramaestre. Sonido tiene que haberlo, a no ser que el enlace esté censurado. ¡Jefa!, preguntáselo a tu joven león, que yo no entiendo de estas cosas.
      No hay imágenes, señor contramaestre, se supone que sólo el sonido de la música y la canción, subtitulada la letra al castellano.
      Sólo con el subtitulado es dificil de entender al no distinguir una voz de la otra y hacerte la picha un lío, aparte de que usted no sabe nada de esos "delicados" sanguinarios.

      Le estoy muy agradecido por su visita, señor contramaestre; yo soy el que siempre tiene una chalupa dispuesta con vituallas para salir pitando del galeón en caso de aborda... ¡Uy, no! ¡Esto no!, que la capitana es capaz de hacer desaparecer el galeón ante las narices de los piratas, con todos nosotros a bordo y hacernos aparecer tropecientas millas más allá, con negras abanicándonos entre cocoteros... ¡No! ¡No! Esto tampoco. ¡Joder!, qué dificil es tener por capitán a una leona.

      Bueno, ya se apañará usted con ella o con su joven león, que vaya par, repartiendo dentelladas, rugidos y zarpazos. Eso sí, como húmilde conejo vegetariano, me siento más protegido con ellos que con ciertos espécimenes que navegan en estas procelosas aguas.

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    2. Comprobado que el enlace es válido, Iñaki, me han dicho que se escucha perfectamente. Así que el problema lo tiene usted en esos antros de la Pérfida Albión.

      Más lo siento yo al constatar que no puede acceder con esos armatostes anticuados y llenos de problemas, porque al final nos límitaremos a contar batallitas de abuelo Cebolleta... :(

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  3. Os juro que había leído «Las lluvias de Castrarme», ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡Qué mal estoy!

    Ya me había imaginado a Teresa cogiéndote de las patas de atrás, separándotelas y cortándote los huevecillos con un cutter, una cuchilla de feitar o un simple cuchillo de cocina, para que no críes como el conejo que eres.

    Lo siento, Bugs. Uno no puede controlar las ilusiones y los pensamientos.

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    1. ¡Ahora entiendo por qué hace tres años que no veo al conejo sinvergüenza! ¡Ja ja ja!

      Le pediré ayuda a Rackham el Rojo para encontrarlo y se va a enterar...

      Debe estar en una isla perdida, bajo cocoteros y abanicado por bellas nativas. No tiene remedio, ¡juas!

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